Llévame a una aldea maasai auténtica
Quienes son los maasai
En Tanzania hay tres ramas étnicas de referencia: los bantu, los nilóticos y los kush. Los maasai pertenecen a la segunda, los nilóticos. Son originarios de Sudán del sur y ahora pueblan mayoritariamente Kenya y Tanzania.
Los suyo es la ganadería y por eso históricamente han buscado siempre pastos para su ganado, aunque por el camino hayan tenido que desplazar a otras tribus.
Tienen un fuerte sentido de la transmisión de su modo de vida a la siguiente generación. Todas sus canciones, danzas e historias hablan de cómo los jóvenes están abandonando la tradición de sus mayores. Un maasai existe gracias a la generación anterior y por ello su identidad debe ser transmitida a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Si no, esa pérdida de identidad sería una traición a los que les han precedido.
Cuando saltan todos en círculo, el suelo tiembla. Reafirman su presencia y su dominio sobre la tierra que pisan. Es espectacular.
Visitar una aldea maasai en el siglo XXI
Llegas a la aldea maasai y te reciben con una danza tradicional. El jefe de la tribu te enseña su casa y puedes hacer todas las preguntas que quieras. Te sorprenderás con sus costumbres y formas de vivir.
Pero no olvidemos que estamos en el siglo XXI. Los maasai quieren escolarizar a sus hijos y quieren tener acceso a la medicina moderna. Para eso necesitan dinero de curso legal. La ganadería familiar no se puede monetizar fácilmente y por eso el turismo supone para ellos una fuente de ingresos extra que les permitirá que sus hijos estudien y puedan obtener asistencia sanitaria en el dispensario local.
Por eso, para tener una experiencia chula con los maasai, debes tener en cuenta ciertas cosas:
1. Si vas solo a por lo auténtico, que sepas que lo tendrás, pero no será tu propia expectativa de autenticidad romántica. Los maasai quieren lo mejor para su familia. Si ven que es más práctico vestir telas que pieles, pues lo harán. Si es mejor beber en una taza de plástico que en una calabaza, lo harán. Si para comunicarse con alguien que vive lejos pueden hacerlo a través de un móvil (aunque sea un Nokia del siglo pasado) lo harán.
2. Son ganaderos y los más importante en la vida de estos pastores seminómadas son las vacas. Las tienen en un cercado en el centro del asentamiento. Las mujeres, los niños y los ancianos van en segundo lugar. No hay que escandalizarse. No debemos aplicar esquemas occidentales. Esto vale para un montón de otras costumbres y hábitos que a nosotros nos pueden parecer poco políticamente correctos.
3. Después de la visita ellos esperan que compres algún abalorio de los que confeccionan las mujeres. Hacen cosas muy bonitas con cuentas. Los precios son muy altos y hay que negociar. Los maasai son fieros guerreros y fieros regateadores también.
¿Cómo disfrutar al máximo de la experiencia en una aldea maasai?
Haz todas las preguntas que quieras sobre cualquier tema que se te ocurra. Son super abiertos a enseñártelo todo y contarte el porqué de las cosas. Es normal. Están orgullosos de quienes son y de cómo son.
Digo lo de las preguntas porque el jefe de la tribu te contará lo justo para saciar la curiosidad de un turista con prisa. Pero si de verdad quieres conocerlos, aprovecha. ¿Por qué os perforáis las orejas? ¿Por qué os quitáis los dos dientes de abajo? ¿Por qué las mujeres van rapadas? ¿Tus hijos van al cole? ¿Siempre vais con ese cuchillo de 40 cm al cinto? ¿Lo de la leche mezclada con sangre cómo va? ¿Cuántas mujeres tienes? ¿Cuántas vacas? Etc.
Por último, “maasai” se pronuncia masái. No vayas por ahí haciendo melismas flamencos con la doble A de la palabra.
¡Ánimo y que lo disfrutes! El neolítico habla a través de las tradiciones y costumbres de este pueblo. Algo único.